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Cómo convertirse en una leyenda
Por JUAN VILLORO
La fama es un malentendido que simplifica a sus favoritos. Roberto Bolaño, escritor y amigo imprescindible, se ha vuelto leyenda.
Cuando murió en 2003, a los 50 años, sus allegados sabíamos que sus libros iban a perdurar, pero ignorábamos que recibiría algo que nunca cortejó (追求): la aceptación masiva.Roberto vivía de espaldas a la celebridad y admiraba los relatos de quienes resisten en las calles traseras, las autopistas rumbo a la nada, las casas vacías, las trincheras bajo la lluvia. (1)
Sobran razones para celebrar la narrativa de Bolaño, donde cada escena ha sido escrita con la intensidad de la vida realmente vivida, como una experiencia que ha marcado la piel del escritor.Esto es aún más notable si se toma en cuenta la variedad de escenarios que comprende su dilatada obra. Otro sello de la casa fue la complejidad moral de sus historias. Su excepcional novela Estrella distante es protagonizada por un sofisticado artista de vanguardia que también es un represor sádico(性虐待狂的). En forma estremecedora, Bolaño muestra que la estética puede convivir con el ultraje. George Steiner se ha preguntado una y otra vez cómo fue posible que los comandantes de los campos de concentración nazis recitaran a Rilke (里尔克:奥地利诗人,用德语进行文学创作)y luego fueran a las cámaras de gas.Esta amarga paradoja es explorada con adolorida lucidez en la obra de Bolaño.
Resulta casi imposible determinar por qué un muy buen escritor conecta de pronto con el gran público. En el caso de Bolaño,parece haber al menos tres claves para entender su condición actual de mito.
La primera de ellas es su propia vida, al margen de lo establecido. Fue testigo del golpe de Estado en Chile, padeció la represión, el exilio, la pobreza y la enfermedad. En todos estos tránsitos actuó con dignidad y, algo más difícil, con excepcional gozo por la vida. Su literatura transmite con fuerza la alegría en medio de la adversidad, la vitalidad del hombre arrinconado. (2)
La segunda razón es más profunda: su estética fue la cabal caja de resonancia de esa forma de vida. (3)Los detectives salvajes es una curiosa novela de educación sentimental. Como En el camino, de Jack Kerouac, narra la historia de dos compinches(朋友,哥儿们)que peregrinan en un auto buscando el sentido de la existencia. Para Bolaño, el poeta es un detective que investiga la vida de manera salvaje. De manera peculiar, la inmensa mayoría de sus personajes se interesan en la poesía, pero muy pocos la escriben. Sus detectives salvajes no necesitan concebir versos; les basta vivir con imaginativa libertad para que eso sea poético.
La tercera razón del éxito popular es que su novela más conocida es una obra colectiva. No es la historia de un artista aislado. Es la leyenda de una tribu (4). Leer el libro significa pertenecer a una cofradía(社,团), la de quienes desean entender el mundo de otro modo para poder cambiarlo. Los detectives salvajes tiene una condición de fogata(篝火)en el desierto que reúne a los vagabundos de muchos lugares.
El 28 de abril habíamos celebrado su cumpleaños número 50. Unos meses después los mismos amigos nos encontramos azorados en el Tanatorio(殡仪馆)de Les Corts para despedir al detective salvaje .
Roberto no quería despertar compasión. Recuerdo la noche en la que dio una conferencia en Casa Amèrica de Catalunya, alguien quiso saber cuál era el valor que más apreciaba en una persona. “La valentía”, contestó sin vacilar. Aunque le gustaba compararse con un marine entrenado para sobrevivir en cualquier parte,la valentía tenía que ver para él menos con los peligros de guerra que con la integridad moral (5),la fidelidad a sí mismo, la capacidad de resistir a las tentaciones y los abusos de la época.
Costaba trabajo imaginarlo como alguien frágil. Aunque sabíamos que estaba enfermo, su muerte sólo podía sorprendernos. Poco antes de que esto sucediera, me habló por teléfono para comentar un libro que acababa de leer. Un personaje,después de conocer el amplio repertorio de la experiencia humana (6), comenta que sólo le falta un último bautizo, el de la muerte. “¡Qué frase!”, exclamó Roberto con admiración. Meses después, al recibir la devastadora noticia ,el aire seguía ardiendo por el verano, pero de pronto llovió. El clima parecía una expansión del último bautizo de Roberto Bolaño.
Roberto era un amigo atento, pero odiaba las relaciones públicas. Cada vez que se sentía en peligro de ser aceptado por el establishment, escribía un texto furioso contra un escritor famoso. Era su forma, algo ingenua y muchas veces cruel, de preservar su independencia.El libro Entre paréntesis reúne los textos donde sus amigos somos exaltados con la misma apasionada falta de méritos con que sus enemigos son reprochados (7). Esas salidas de tono eran un sistema de alarma contra la aceptación oficial. Bolaño quería ser leído sin perder su radicalidad. Es el superestrella que vivió para no serlo (17) .
Varias veces comentamos un hecho curioso: la única prueba confiable del talento es sentir que el texto ha sido escrito por otro. Esta autonomía de la voz revela que la obra vive por su cuenta. ¿Es posible enorgullecerse de un registro que ya es ajeno En modo alguno (8).
Qué pensaría de su triunfal posteridad Seguramente sonreiría como quien hace una última travesura, entendiendo la fama como otra de las ricas confusiones a las que lo sometió el destino. De estar entre nosotros, Roberto Bolaño miraría intrigado su peculiar destino, se alzaría de hombros ante las cosas que decimos de él, encendería un cigarrillo, y seguiría imperturbable su camino.
... después de conocer el amplio repertorio de la experiencia humana...